Hagamos una lasaña
Pero una en condiciones. Vamos a aprender lo básico para hacer lasañas y así después podrás hacer todas las que quieras aprovechando lo que tengas por casa. Es buen plan, ¿verdad?
¿Qué necesito?
Pues primero vamos a ver qué ingredientes tenemos por ahí:

Cebolla, calabacín, puerro, apio… ¡Suficiente! También podríamos echar zanahoria, chirivía, espinacas, acelgas, calabaza, brócoli, champiñones, setas, kale, y no me voy a poner a nombrar todas las verduras y hortalizas porque no es plan.
Ingredientes
Para hacer este lasañote para 4-6 personas (dependiendo del hambre que traigan) vamos a usar:
- 1/2 cebolla
- 1/4 de puerro
- 1 rama de apio
- 1/2 calabacín
- 1 lata grande de tomate pelado y troceado (850 g)
- 2 tazas y 1/2 de soja texturizada fina
- 3 cucharadas de aceite de oliva
- unas placas de lasaña de esas que no necesitan cocción (las hay también sin gluten)
Para dar saborcito:
- 1/4 de cucharadita de sal
- 3 cucharadas de salsa de soja
- 1/2 cucharadita de hierbas provenzales
Y después haremos una bechamel con:
- 3 cucharadas de aceite de oliva
- 3 cucharadas de harina de trigo integral (también vale de trigo sarraceno o de avena)
- 500 ml de bebida de soja (sin azucarar y sin sabores) u otra bebida vegetal que tengas
- un poco de sal
- un poquito de nuez moscada molida
Y como colofón:
- 4 cucharadas de levadura de cerveza desamargada o levadura nutricional
- 50 g de almendras molidas (opcional, pero muy recomendable)
Bueno, pues vamos a empezar.
¿Ahora qué hago con ello?
Primero un sofritillo
Primero picaremos fina la cebolla, el puerro y el apio, y los echaremos a una sartén grande con el aceite de oliva y la sal, a fuego lento, porque queremos hacer un sofritito. Echa un ojo a este tutorial si nunca has hecho uno, porque tiene vídeo y así verás cuándo están tiernecitas las hortalizas.
Cuando estén blanditas corta el calabacín en daditos y a la sartén. Remuévelo para mezclarlo.
Añadimos la soja texturizada
Ahora echa la soja texturizada fina y sube el fuego, que vamos a hacer como en este tutorial para que nos quede super buena de sabor y textura.
Añade las especias y la salsa de soja y fríelo todo junto un par de minutos, hasta que empiece a dorarse.
Echamos el resto
Echa toda la lata de tomates troceados y mézclalo bien.
Tomando como recipiente la lata de tomates, llénala hasta la mitad de agua y échalo a la sartén.
Ahora remuévelo y deja que se fría todo junto hasta que no quede agua. Tiene que quedar jugoso, no caldoso. Tarda poco, como 5 minutos a fuego fuerte.
Ya tenemos el relleno
Mira qué pintica tiene:

Si usas otras verduras pues tendrá otros colores, ya ves, pero el rojo predominará porque le hemos puesto un montón de tomate.
Si has usado la soja texturizada fina del Mercadona igual te parecen trozos demasiado grandes todo ello. ¿Solución? Pícalo con la batidora o trituradora. Si le vas dando toques en lugar de dejar el botón pulsado, te quedará más picadito y no hecho un puré. Esto es importante porque una de las mejores cosas de la lasaña es la textura. Pero oye, que puedes hacer lo que quieras. Hay gente a la que no le gusta encontrarse trocitos de verdura y les mola más como las lasañas congeladas comerciales, en ese caso bátelo bien y ya está.
Montar la lasaña
Bueno, sigamos. Ya tenemos lo principal: un relleno y unas placas de lasaña. Ahora solo hay que montarlo, y eso es lo más fácil:
Coge un molde o fuente para horno grande y pon todo el fondo de placas de lasaña. No las apiles, que sea una capa única. Y encima de esta, una capita de relleno:

Un truco muy guay para que no se te desmonte la lasaña al servirla es presionar el relleno cuando lo estemos echando. Vamos, que no lo dejes tal cual caiga de la sartén, espachúrralo un poco contra las placas.
Como estas placas de lasaña no necesitan cocción, se harán con la humedad del relleno, de ahí que insistiese en que tenía que quedar jugoso, no reseco ni caldoso. Que no pasa nada si ya la has cagado: pon un poquito de agua en el relleno y remuévelo. Y si esta solución no te convence, pues echa una capita de salsa de tomate por encima de las placas de lasaña, y el relleno por encima. Sí, le puedes echar tomate frito, pero igual después te resulta la mezcla demasiado salada. Además, que tiene un montón de azúcar y aquí queremos hacerlo todo casero y sanote. ¡Fuera tomate frito!
Pues nada, si has entendido los primeros pasos, ahora solo es repetirlos. Pasta, relleno; pasta, relleno. Así hasta que acabes con el relleno. Seguro que te sobra pasta para hacerte lasaña otro día.
Y si te sobra relleno, pues qué bien, ahí tienes un platazo para combinar con pasta, arroz, legumbres o hacer una empanada. Si es que todo son ventajas.

Vamos a ir encendiendo el horno, a 200ºC con calor arriba y abajo, para que se vaya calentando mientras terminamos la lasaña.
Así tal cual sería comestible, pero tenemos que cocinar la pasta, y además todo el mundo sabe que las lasañas llevan un porrón de bechamel por encima, así que vamos a ello.
Ponerle bechamel
Para la bechamel mírate este artículo porque nos lo curramos para que aprendas a hacer una (o mil) bechameles. Para el molde que he usado son las medidas que he indicado al principio, y que la bechamel quede más espesita que líquida.
Vertemos la bechamel por encima de la lasaña y la extendemos con la misma cuchara con la que hemos hecho la bechamel o el relleno. No por nada si no por no ensuciar otro trasto más, que comer mola mucho pero fregar no tanto.
Y como nos gusta lo gocho, lo aromático y lo sanote, por encima le vamos a poner las almendras molidas (si tienes y quieres) y la levadura de cerveza desamargada o levadura nutricional, que huele a pies a queso que da gusto.

Hornear
Y al horno. Vamos a hacerlo 15 minutos con calor arriba y abajo y después lo gratinamos un ratito (o ponemos calor solo por arriba). Cuidao l@s que tenéis hornos con gratinadores potentes porque esto se quema en un plis, no os paséis de temperatura y revisad cada poco. Con un gratinador a temperatura media serán unos 6 minutos. Para el resto de mortales con hornos que al menos tienen la función de calentar por arriba, subimos la rejilla un poquito más arriba (la rejilla con la lasaña) para que esté más cerca de las resistencias que calientan (o del gas si tu horno es de gas) y lo ponemos con calor solo por arriba a 220ºC durante 10 minutos. A mí con eso se me dora lo suficiente. Puede que tu horno necesite más tiempo o temperatura. Tú vigílalo, que lo importante es que no se queme.
Comer
Y ya estaría, ya tendríamos hecha una lasaña riconuda, super fácil y con ingredientes de temporada (y de lata, sí). Ahora pues ¡a comer!

Guardar
¿Te ha sobrado lasaña? Qué suerte tienes. Córtala en porciones individuales y al tupper. En la nevera te dura 3 días perfectamente. Y si no, pues al congelador, que las lasañas congelan de maravilla (por algo las venden congeladas). Yo recomiendo que hagas una buena fuente, como la que he hecho yo, y te congeles al menos un trozo para cuando dentro de una semana (o un mes) no tengas ganas de hacer nada o necesites una comida rápida, lo tengas ahí esperándote. No veas qué gustito da. Después la puedes hacer directamente al horno o al microondas y listo.
Recapitulando
1. Haz un sofrito con hortalizas porque todo queda mejor con un sofrito
2. Añade soja texturizada, más verduras y tomate
3. Monta la lasaña con el relleno que acabas de hacer
4. Ponle bechamel
5. Hornéala
Y un secreto: es más fácil hacer y comerse las lasañas que fotografiarlas. Para poder cortar un trozo perfecto y que quede bonito las tengo que dejar enfriar, y eso es una putada faena cuando tienes un hambre que da calambre y te vas a comer a tu modelo según acabes. Nada, un ratito más de horno y ya está 😉
