Lasañables: tofu
Lasañable: que se puede hacer en lasaña.
Pues eso, como comentamos en el Lasañables anterior, esta clasificación totalmente inventada es perfectamente válida.
Las lasañas son muy guays, no solo porque están muy buenas, si no porque:
- Son capas de cosas, por lo que nos podemos inventar las capas de lo que nos dé la gana
- Quedan más bien compactitas, así que se cortan estupendamente y podemos dividirlas en raciones muy fácilmente
- Congelan super bien, así que dejarte una porción de lasaña en el congelador puede ser un regalo para ese día en el que no tienes ni tiempo ni ganas
Como aquí somos de comer gochamente pero sanote, pues cogemos las lasañas y las tuneamos a nuestro gusto, sobre todo con cosas que tenemos por la nevera a punto de ponerse pochas, que así de paso aprovechamos esos restillos en lugar de tirarlos.
Pues el lasañable de hoy es el tofu. Sí, sí, el tofu duro normal y corriente. Igual piensas “una lasaña de tofu con verduras” pero no tenemos la misma idea: usamos láminas de tofu doraditas en lugar de pasta.
¿Y por qué en lugar de pasta y no además de pasta? Pues eso digo yo, que si quieres meterle pasta no te lo vamos a impedir, pero de verdad que una vez puesto el tofu no te hace falta más.
Para hacer una buena lasaña usando el tofu como placas solo necesitas un buen bloque de tofu duro, que puede ser el tofu duro chino (como este), o el tofu extra firme que tienen en supermercados (como el de Lidl, Aldi y marcas como Taifun). Yo recomiendo usar el tofu chino porque queda con una textura más tiernecita y con según qué rellenos (como el que hemos hecho, por ejemplo) a la gente le recuerda al huevo frito. Vaya maravilla, ¿eh? Lasaña y huevo frito y bechamel y un pan integral y… maaaaadre mía, que babeo.
Bueno, a lo que iba. Que lo único que tienes que hacer es cortar el tofu en lonchas, pero en lugar de hacerlo en vertical como solemos hacer siempre con el tofu, mejor en horizontal, porque así abarcaremos más superficie de la lasaña con menos trozos. Estas lonchitas las doramos a la sartén a fuego medio-bajo con un poquito de aceite y una pizca de sal. Sí, sin marinar ni nada, usaremos la misma técnica que para el pisto mágico con tofu automarinado. Cuando pongamos las láminas y el relleno el tofu va a absorber mucho saborcito, ya verás.
Ah, y dora el tofu, que coja un poco de colorcito, que no se quede ahí blancurrio (y que no se te queme, claro).
Para el relleno hemos hecho un pisto mágico con setas. Como es temporada, pues hemos echado todas las que hemos encontrado frescas, troceadas, al pisto antes de añadir el tomate y la salsa de soja.
Y para la bechamel, pues una bechamel normal y corriente con harina de trigo integral (también vale harina de trigo sarraceno), un poquito de levadura de cerveza desamargada por encima y listo, al horno un ratito si quieres (recomiendo gratinarlo un poquito), y ¡a zampar!

Con las cantidades del pisto necesitarás unos 300 g de setas y champiñones variados (los que encuentres frescos, un poco de cada, por ejemplo champiñones blancos, shiitake, maitake, robellones, setas de ostra, setas de cardo…) 250g de tofu duro, cortado en lonchas finas (si es tofu extra firme, unos 200 g), y te saldrá para 4-6 raciones. A mí me ha salido para dos recipientes como el de la foto, que son para 2-3 personas.
Hale, toma nota para tus comidas, que con la tontería ya no repites plato en una semana por lo menos 😉
