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Buñuelos de calabaza

Buñuelos de calabaza

Si lleva hortalizas, es que es bueno.

El dulce más típico de Fallas (Valencia) y Magdalena (Castellón) se hace en casa con calabaza y cuatro cosas.
Tiene truco, sí, pero lo coges rapidito.

Ingredientes

Ingredientes

Ajustar raciones:
1 calabaza usaremos 400 g una vez cocinada
245 g harina de fuerza más o menos; también vale integral
1,5 cucharaditas levadura de panadería de la de hacer pan, no de la de repostería
una pizca de Sal
1 cucharadita azúcar opcional, es para ayudar a la levadura
2-6 cucharadas Agua mejor añadir poquito a poco
750 ml aceite de girasol para freír; también vale de oliva
para cubrir los buñuelos azúcar

Instrucciones

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Los buñuelos de calabaza / bunyols de carabassa son como unos donetes pequeños naranjas cubiertos de azúcar que se comen como postre y/o acompañados por ejemplo de chocolate.

En este país tenemos un buen repertorio de dulces que se hacen fritos, de hecho los llamamos “frutas de sartén” porque todo el mundo sabe que si plantas una sartén, te salen buñuelos, pestiños y de todo.
La verdad es que es una forma super fácil de hacer dulces y postres, que data de la Edad Media y que son de origen árabe y sefardí. Ahí es nada, buñuelos con historia.

En otros países también hacen dulces muy parecidos. Por ejemplo, en Marruecos están los sfenj, en Francia los pedos de monja, en Croacia los fritule, en Kenia y Tanzania los mandazi, o en Chile los calzones rotos.

La receta tradicional tanto en Valencia como en Castellón es vegana. Es esta que te traemos, aunque en cada sitio o en cada caso pueden variar las cantidades de ingredientes. Incluso hay quien les pone agua de azahar, ralladura de limón o de naranja, azúcar con canela… En general es una especie de masa de pan con calabaza cocida o asada, muy húmeda, que se fríe en abundante aceite. Y aunque de toda la vida no lleve huevos ni lácteos, si los vas a comer por ahí no está de más preguntar por si acaso.

Os hemos puesto que tiene una dificultad media por el tema de manejar una masa tan blandurria y pegajosa, pero ya verás que no tiene tanta complicación. Te lo ponemos todo paso a paso y para ayudarte mejor hemos hecho un vídeo:

Si no lo ves, está en nuestro canal de Youtube, en Instagram y en Tiktok.

Pues hale, si quieres un dulce típico, ponte con este, que no es difícil 😉
Y aunque puedes usar harina integral y otros endulzantes, te recomendamos la versión tradicional, ya que los dulces son cosas que solo comemos puntualmente (¿verdad? ¿verdad que no te vas a tirar una semana comiendo buñuelos?), y que por lo tanto no tienen impacto en nuestra dieta sean con azúcar y harina blanca o la versión que quieras hacer. Y hacerlos con harina integral y otros endulzantes tampoco los convierte en una maravilla: sigue siendo un dulce, sigue siendo repostería, y sigue siendo para comerlo de forma puntual. Así que no te rayes, si te apetecen unos buñuelos, pues te los comes 😉

Por cierto, si quieres hacer la masa sin gluten:

 Sustituye la harina por: mitad de harina de arroz + mitad de almidón de maíz (maicena) + 1 cucharada de harina de garbanzos + 1/4 de cucharadita de goma xantana.

Pasos

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Cocinar la calabaza

Para poder hacer los buñuelos tenemos que cocer la calabaza sí o sí.
La puedes hacer hervida, al vapor, asada o como quieras.
Nosotros lo hemos hecho así:
Primero hemos cortado la calabaza en rodajas grandotas.
Después hemos quitado las semillas.
La hemos cocinado al microondas 6 minutos.
Después, a gratinar al horno a 210ºC durante unos 15 minutos.
Lo hemos hecho así para ahorrar tiempo pero conseguir esa superficie doradita y caramelizada de la calabaza asada que tanto nos gusta.
Por supuesto hemos puesto la calabaza entera y otro par más, así aprovechamos.
En la foto, unos ejemplos de calabazas valencianas. Son más dulces que las butternut o cacahuete.

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Hacer la masa

Deja que se temple la calabaza para poder quitarle bien la piel y trocearla.
Tiene que estar muy blandita. Si tu calabaza está un poco entera, métela al microondas 2 o 3 minutos más.
Pesa 400 g de calabaza y bátela con la batidora, que quede un puré fino y bonito. Si la calabaza está muy seca, añade un poquito de agua. Pero poquito, 1 cucharada cada vez. Recuerda que si te pasas de agua, después vas a tener que echar mucha más harina.

En un bol mediano tirando a grande pon la harina y haz un hueco en el centro.
Pon un par de cucharadas de agua, sal, azúcar y la levadura y remuévelo.
Ahora añade toda la calabaza y mézclalo bien, con ganas.
La masa tiene que quedar densa y pegajosa, no líquida ni blanda como para hacer pan.
Puedes añadir 1-2 cucharadas más de harina si hiciste la calabaza cocida.
Tras unos 3 minutillos mezclando tendrás una masa homogénea de color naranja.

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Que repose como un pan

Tapa la masa con un trapo limpio y déjala en un lugar cálido para que repose, fermente y crezca al doble de su volumen.
Nosotros hemos aprovechado el calor residual del horno y en 45 minutos lo teníamos listo.
Si el horno hubiese estado frío, podríamos haber usado la incubadora de tempeh, o el propio horno a 40ºC con la puerta entreabierta.
Tú hazlo como puedas. Si lo quieres dejar para el día siguiente, pues en un lugar más fresco y ya.

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Formar buñuelos y freír

Ve poniendo bien de aceite en una sartén alta, porque queremos que los buñuelos naden.
Primero ponla a fuego medio-alto para que se caliente y después baja el fuego a medio o medio-bajo.
Como la masa se tiene que cocinar bien, crecer y todo eso, vamos a mantener una temperatura de 170ºC como mucho.
Es decir, cuando eches un pegotillo de masa, primero caerá al fondo pero en un par de segundos empezará a burbujear y flotar.
Si lo hacemos a fuego más alto, crecerán poco y se pondrán de color marrón oscuro, así que ojo a la temperatura.

Bueno, para este paso necesitarás una rejilla o un plato con papel de cocina absorbente, un palillo de los de comer (palillo chino), una espumadera y un tupper o similar con agua para mojarte la mano.
Si lo podéis hacer entre dos personas, mucho mejor.

Destapa la masa y no la desinfles.
Cuando el aceite esté caliente (o eso creas), echa un pellizquito de masa (para comprobarlo).

Ahora, con una mano, cogemos un puñado de masa y lo espachurramos cerrando el puño para que salga una bolita por el hueco del dedo índice. Si no tienes ni idea de qué estamos diciendo, echa un vistazo al vídeo.
Mójate con agua la otra mano (no hace falta que chorree), coge la bolita de masa y apriétala en el centro para que se haga un agujero, mientras llevas la masa a la sartén.
De nuevo, mejor ver el vídeo.
Cuando caiga la masa en el aceite, tu ayudante tiene que meter el palillo en el agujero del centro y darle vueltas, porque así evitamos que al crecer la masa se cierre el agujerillo.
Si no tienes ayudante, pues te toca a ti hacerlo, y seguir con el tema formar bolita-echar en el aceite.

Dales la vuelta de vez en cuando, y cuando se hayan hinchado y empiecen a dorarse, sácalos a la rejilla o al plato. Puedes usar la espumadera o el palillo.

Y bueno, es así todo el rato, así que al 4º o 5º buñuelo le tendrás cogido el truco.

Recuerda que si se doran rápido tienes que bajar un poquito el fuego.

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Endulzar

Como habrás podido suponer, los buñuelos son sosos, por eso después se pasan por un plato con azúcar.
Nosotros hemos hecho 3 variedades:
- El plato con azúcar: pasas los buñuelos por el azúcar y listo.
- Otro plato con azúcar glacé: si los quieres extra dulces, en lugar del azúcar normal, usa azúcar glacé.
- Glaseado ligerito.
El glaseado ligerito es azúcar glacé (en plan mucho, 4 o 5 cucharadas) con 1 cucharada de zumo de limón y agua poquito a poco hasta que quede blanco translúcido y pegajosillo.
Bien, pues coges un buñuelo, lo bañas solo por un lado y lo dejas en una rejilla para que escurra. Ya estaría.

Sírvelos recién hechos, que es como mejor están ;)

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Las claves del asunto

Mira, esta masa no es fácil de trabajar a mano, por eso recomendamos mezclar y amasar con una cuchara. Después de fermentar es imposible darle forma con nada, pero no es líquida. Es pastosa y pegajosa, por eso hay que mojarse las manos. Pero es esta pringosidad la que va a hacer que tus buñuelos crezcan y se hagan super esponjosos y tiernos por dentro. Parecen donuts, en serio.
Resiste la tentación de echar harina a espuertas porque lo único que vas a lograr es que queden duros.

Otra de las cosas importantes es que usamos casi el doble de calabaza que de harina. Es que son buñuelos de calabaza, no otro tipo de buñuelos. Si nos liamos a echar harina parecerán rosquillas o roscos.

Virginia García

La que parte el tofu.

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