Cómo cuidar tus utensilios de madera

Seguramente tienes cucharones y cosas para remover la comida hechos de madera o bambú. Son baratos, son bonitos, no rayan las sartenes… Pero no son lo más seguro del mundo.
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¿Por qué no son seguros los utensilios de madera?
Porque la madera es porosa. Absorbe como una esponja (es un símil, no es tan exagerado) agua y restos de comida y pasan dos cosas: que se llenan de bacterias y hongos y que se rompen.
También pasa que se astillan con el uso y esas astillas pueden acabar en tu plato.
En este sentido los utensilios más seguros son los de plásticos resistentes aptos para uso alimentario y que soporten altas temperaturas.
Aunque quienes venden utensilios de madera insisten mucho en que la madera y el bambú “son antibacterianos”, lo cierto es que, por sí solos, no evitan bacterias y hongos.
Utensilios ennegrecidos
¿Tienes utensilios con este aspecto?


El utensilio de la izquierda es de bambú, y el de la derecha, de madera (no especificada). Tras un tiempo de uso normal les empezaron a salir estas manchas negras. Son bacterias y hongos que se han instalado en los poros de la madera. Esto pasa porque la madera es porosa y han estado cogiendo humedad.
¿Se puede evitar?
Sí, podemos cuidar nuestros utensilios de madera para que nos duren más y que no se engorrinen (porque pueden acabar también con biofilm de bacterias, como las bayetas) ni se astillen.
No lo vamos a evitar al 100% pero al menos podremos darles más uso y evitar tener que tirar y comprar cada dos por tres.
¿Cómo cuidar los utensilios de madera?
Pues lo primero es comprarlos de buena calidad. Los del “todo a 100” suelen estar hechos de maderas menos densas, más porosas y más blandas (les das un golpe y le dejas marca), además de tener acabados maluchos (incluso con astillas visibles). Pero bueno, que esos también se pueden apañar para que duren más.
Los utensilios de mejor calidad, sean de madera o bambú, se ven bien acabados, con formas redondeadas y un tacto muy suave. Son caros y también hay que cuidarlos.
Estos consejos te servirán para todos los utensilios de madera, baratos o caros, y hasta te hemos hecho un vídeo:
Primero
Si los acabas de comprar, pues guay, los trataremos desde el principio. Si no, igual necesitan alguna limpieza intensiva primero.
Lávalos bien, con agua templada o fría y jabón lavavajillas, acláralos, escúrrelos y deja que se sequen en un lugar en el que estén bien ventilados, 24 horas.
Mientras, usa otros utensilios, que tampoco es el fin del mundo.

Segundo
Líjalos bien, sobre todo si tienen bordes toscos, con papel de lija muy fino (180 está bien). No se te olvide entre las púas si es un tenedor, el mango, etc. Que quede suavecito y con bordes redondeados.

Tercero
Limpia bien los utensilios, que no quede nada de serrín.

Cuarto
Aplica por toda la superficie un aceite para madera apto para uso alimentario. Esto es muy importante. No vale cualquier aceite. Los aceites de cocinar se acaban enranciando. Sobre todo si son virgen extra. Eso significa que tus utensilios van a acabar oliendo a pestilencia.
No se te ocurra utilizar aceite usado (o reusado), que es peor. No seamos guarros/as.
Lo mejor es utilizar un aceite mineral para madera, de uso alimentario. Eso significa que no vale para cocinar, pero sí vale para tratar la madera y que ésta esté en contacto con alimentos.
Hay bastantes marcas que son específicas para tablas de cortar y utensilios de madera.
La cantidad que tienes que usar suele ser pequeña y la madera la tiene que absorber por completo (tienes que dejarlo secar preferiblemente 24 horas antes de guardar).
El que hemos usado es este: Cerylac. Como te decimos, hay más marcas y “modelos”, usa el que prefieras.
¿Y los aceites naturales?
Se enrancian. Salvo que sean aceites tratados específicamente para estos usos, se enrancian. Por ejemplo sirve el aceite de coco fraccionado, pero no el virgen. El virgen está compuesto principalmente de triglicéridos de cadena larga. El aceite de coco fraccionado es más líquido que el virgen (y es líquido a temperatura ambiente) y se eliminan los triglicéridos de cadena larga, dejando de cadena media (caprílico y cáprico), y esto evita que se enrancien. Es una forma de refinado que también se usa en cosmética. Los aceites de coco específicos para utensilios de madera suelen llevar este tratamiento, son transparentes y no huelen.
Los “menos malos” serían los aceites de lino y de nuez, así que a malas, una capita de alguno de estos aceites alguna vez no hace daño.
No uses nunca aceites que no especifiquen que son aptos para contacto con alimentos (por ejemplo el aceite de linaza para madera).

Tienes que poner poca cantidad y extenderla bien por toda la superficie. Lo mejor es hacerlo con un trapo que no te importe que se pringue de aceite, porque así damos una capita fina y evitamos saturar la madera. No tienen que quedar aceitosos.

Quinto
Deja que se sequen 24 horas preferiblemente. Échales un vistazo, tócalos, y si están secos, no manchan y no pringan, ya puedes guardarlos.
Si están un poco aceitosos, frótalos bien con un paño limpio para eliminar los restos de aceite y déjalos unas horas más. Y para la próxima no pongas tanto aceite, que no es la cadena de la bici.
¿A que han quedado bonitos? Pues hay que ir manteniéndolos así siempre que sea necesario. Lo del aceite, una vez al mes está bien. Lo de lijar, siempre que los notes un poquito rugosos.
HAZLO
Lijar la superficie al comprarlos y cuando salga alguna mancha.
Lavar con jabón lavavajillas.
Lavar con agua templada o fría.
Usar agua oxigenada para desinfectar.
Usar bicarbonato para eliminar olores.
Curar con aceites que no se enrancien.
Dejar secar completamente.
NO lo hagas
Dejar en remojo.
Meter en el lavavajillas.
Dejar en un escurridor que tenga agua en el fondo.
Guardar sin secar.
Curar con aceites virgen extra.
Quitar manchas y olores
Si tus utensilios ya tienen un tiempecillo y se te han teñido de tomate o cúrcuma (lo que pasa con las cosas porosas, que también absorben pigmentos), no te preocupes, que con los lavados se va la coloración. Si curas tus utensilios con aceite, como comentamos aquí, se teñirán mucho menos y durante menos tiempo.
Si notas que alguna mancha no se va con uno o dos lavados, puedes:
- Lijarla un poco (sin hacer un boquete, no seamos bestias), porque seguramente sea superficial.
- Frotarla con sal, que en cierto modo también es una forma de lijar, a la vez que creamos un entorno menos atractivo para ciertas bacterias.
- Lavarla con agua oxigenada. Ojo, porque no es bueno dejar los utensilios de madera en remojo. Procura que no esté más de 10 minutos en agua oxigenada (sí, sumergidita), acláralo con agua y déjalo secar.
Y para los olores, lo mejor es hacer una pastita de bicarbonato con un poco de agua y cubrir bien toda la parte que huele (suele ser el extremo que metemos en las sartenes y ollas), frotando un poquito con la mano o con un cepillito. Después lo aclaras con agua y lo hueles (y lo dejas secar, o repites la operación).
Si tratas tus utensilios con aceite, tenderán a absorber menos olores y a que sea más fácil eliminarlos.
Hale, ve a revisar los utensilios que tengas, que seguro que les viene bien un mantenimiento 😉