Mujeres que hicieron grandes cosas en cocina y gastronomía

Hoy 8 de marzo vamos a hablar de nuevo de mujeres que contribuyeron al desarrollo y a la historia de la cocina y la gastronomía aunque ni te suenen, y algunas incluso aunque ni se enterasen porque el éxito sería póstumo.
No salen por la tele, no tienen grandes restaurantes, no son CEO de nada, no tienen estrellas Michelín y algunas en su día no tuvieron ni voz. A día de hoy estas discriminaciones siguen ocurriendo aunque a veces parezca que “somos iguales” para todo, así que imagina cómo sería en tiempos en los que las mujeres no podían ni votar.
Las mujeres cocineras de Al-Andalus
Algunos de los primeros recetarios de la península se escribieron en esta época, entre los siglos IV y XIII. La mayoría de autores son desconocidos o anónimos, y sus fuentes eran principalmente orales. Los cocineros eran casi siempre hombres y dictaban las recetas, ya que no solían saber escribir, y muchos eran esclavos o libertos.
Ibn Sayyar, autor de Kitab al-Ṭabīḫ (“El libro de los platos”), uno de los libros de recetas más importantes de la época, tiene a bien mencionar la presencia de mujeres cocineras:
- Umm al-Fadl aparece como autora de una bartda para el califa al-Mahdi.
- Bid’a era esclava de Ibrahim al-Mahdi y la describía como “la persona más hábil en la cocina y la que mejor hacía los bawarid y los dulces, hasta un extremo increíble”. El califa Al-Amin supo de su fama y pidió que le cocinara un sikbay con todo tipo de carnes. Y ella lo hizo, no solo con carnes, también con los más preciados perfumes para aromatizar tanto las carnes como los recipientes en los que se preparan y se sirven.
- La hija del señor Mardin, casada con al-Malik al-Mu’azzam enseñó a Ibn Sayyar una receta de encurtido de calabaza.
- Menciona también a una Umm Hakim a quien le atribuye dos recetas de qaliya, sin más información sobre ella.
- De Umm Hakima sabemos que incluyó una receta de pollo. Como puedes ver, ambos nombres eran muy similares, porque podría ser una denominación genérica aplicada a mujeres que demostraran ciertas capacidades profesionales.
Y básicamente eso es todo lo que sabemos de ellas, que solían ser amas de casa anónimas, pero también se dedicaban profesionalmente a la cocina aunque no se reconociese debidamente su trabajo en los recetarios que se escribieron.
Puedes leer más aquí: Los recetarios árabes clásicos: ¿documentos históricos?
Las recetas de la Condesa de Kent

La Condesa de Kent (1582-1639) era una mujer culta conocida en sus círculos por sus colecciones de remedios médicos y recetas de cocina.
Tanto los remedios como las recetas las recopilaba de diferentes fuentes, aunque no sabemos exactamente de quiénes. El caso es que tras su muerte se publicaron una serie de libros que se le atribuían y que podrían ser parte de esa extensa colección que poseía. El editor, W.J. Gent, aprovechó el nombre distinguido y la reputación de la condesa para hacer ediciones extendidas en las que añadía recetas médicas.
Sus recetas incluían secciones de repostería, carnes asadas, fritas o en salsa, postres lácteos, algunas recetas con flores y una receta de lo que podría ser un antiguo hojaldre (“puf past”). Dentro de sus remedios, fueron muy famosos sus “polvos para todo“, que eran “buenos contra todas las enfermedades malignas y pestilentes, sífilis, viruela, sarampión, peste, fiebre escarlata, y buenos contra la melancolía”.
Total, que Elizabeth pasó a la historia como la primera autora de un libro de recetas sin saberlo.
Sus obras:
- A true gentlewomans delight (1653)
- A choice manual: or, rare and select secrets in physick and chirurgery (1653).
Hannah Wooley

Hannah empezó trabajando en el servicio de una casa noble hasta que se casó. Tuvo una vida de ama de casa “normal” hasta que enviudó y empezó a crear libros de cocina y trabajar como asesora doméstica. Se considera la primera mujer que publicó un libro de cocina porque, a diferencia de la condesa, sí queda claro que los textos son de su autoría, y los escribió y publicó en vida.
Sus libros tenían algo nuevo, además de ser escritos por una mujer: estaban escritos desde el punto de vista de su público, desde su experiencia manteniendo hogares y una escuela. Ten en cuenta que por aquel entonces tanto la cocina profesional como los libros de cocina eran dominio único de los hombres.
Su primer libro, The ladies directory in choice experiments & curiosities, se publicó en 1661, aunque fue el segundo, The Queen-like Closet, or Rich Cabinet: Stored with all manner of Rare Receipts (1670) el que la catapultó a la fama. Se vendieron numerosas ediciones y se tradujo al alemán. Aquí Hannah ya tenía reputación como médica de éxito, y sus recetas también incluían remedios caseros.
Su seña de identidad eran las instrucciones prácticas de las recetas, a veces extensas, como en qué momento recoger ciertas verduras y hortalizas, o hasta qué punto cocerlas según el plato a preparar.
Le gustaba mucho experimentar y los ingredientes nuevos, y de hecho The Queen-like Closet fue el primero en mencionar el ingrediente mágico traído del “Nuevo Mundo”: el “chaculato“. Al principio el chocolate llegó a Europa como una bebida, así que su receta consistía en calentar una bebida de chocolate con vino de Burdeos, espesarlo con yema de huevo y endulzar con azúcar.
Sus obras:
- The ladies directory in choice experiments & curiosities (1661).
- A Guide to Ladies, Gentlewomen annd Maids (1668).
- The queen-like closet, or, Rich cabinet (1670).
- The cook’s guide: or, Rare receipts for cookery (1670).
- The gentlewoman’s companion, or, A guide to the female sex (1675). Trabajo no autorizado basado en sus textos.
- The Accomplish’d ladies delight in preserving, physick, beautifying, and cookery (1675). Este fue posiblemente un trabajo que le plagiaron y publicaron sin su consentimiento.
- The Compleat Servant-Maid, Or the Young Maidens Tutor (1677).
El primer libro de recetas veganas

Si buscas en Google, encontrarás muchas referencias a unos cuantos libros anteriores a los años 80 (del siglo pasado). Sin embargo, hasta 1944 no se hizo una definición formal de lo que es “vegano”, distinguiéndolo de “vegetariano” no solo en la forma de alimentarse (vegetariano sin huevos, lácteos ni miel ni ningún otro producto de origen animal) si no también en los motivos: evitar la explotación animal en todo lo posible.
Durante décadas los libros de cocina plant based incluían huevos y/o lácteos y las motivaciones estaban ligadas a la salud o espiritualidad. Sin embargo, a partir de los años 60-70 el veganismo empezó a tener fuerza como movimiento contracultural o parte de otros movimientos sociales que ya no tenían que ver con la “pureza” de la alimentación o religiones concretas.
Los primeros panfletos, folletos y libretos de recetas veganas los editaban las sociedades veganas de diferentes países. Y en 1982 aparece Vegan Cooking: The Compassionate Way of Eating, el primer libro explícitamente vegano y que además incluye la palabra “vegan”, editado por una gran editorial y dirigido al público general.
Escrito por Leah Leneman, pionera historiadora de las mujeres en Escocia, que se hizo vegetariana por influencia del hinduismo, y después vegana.
Después de este libro escribió The Single Vegan: Simple, Convenient and Appetizing Meals for One, publicado en 1989, 365 Plus One Vegan Recipes (1993), The awakened instinct: vegetarianism and the women’s suffrage movement in Britain (1997) otros tantos hasta su muerte (1999).
Puedes leer una entrevista que le hicieron en 1989 aquí.
Por supuesto no nos olvidamos de las millones de mujeres anónimas que cocinan en sus casas, en casas ajenas, en bares, restaurantes y hoteles, que mantienen y han mantenido a tantísimas generaciones aunque nadie hablará de ellas.