Entrevistamos a Fernando Fabiani

A veces se nos va un poco la olla y, viendo un día a un señor muy gracioso en la tele se nos ocurrió que había que entrevistarlo. Es médico, ha sacado libros serios pero de los de partirse de risa (y de los de “buah, soy yo literal”), pasa consulta, divulga en todas las redes sociales (hasta en Fotolog si siguiera existiendo) y le hemos visto contar cada anécdota…
Total, que le hemos liao haciéndonos pasar por gente super seria y extrañamente nos ha contestado a todas las preguntas sin mandarnos a la mierda a freír espárragos. Si es que en el fondo es majo.
Aquí os dejamos el resultado de la entrevista, que no tiene desperdicio. El muy pérfido le ha dado la vuelta a la cosa y nos ha metido unos zascas de los que se oyen a kilómetros:
Sin Receta: Has escrito tres libros, todos ellos relacionados con tus experiencias en urgencias y en centros de salud. ¿De verdad daba para tanto? ¿Somos muy torpes o estamos muy mal (in)formados?
Fernando Fabiani: Realmente sólo los dos primeros llevaban salpicadas esas experiencias como acompañamiento de los mensajes divulgativos (veo que el tercero aún no lo habéis leído…) pero sí, da para mucho. La realidad de la consulta supera a la ficción y señala muchas cosas. Una de ellas es que la formación en salud y autocuidado es una asignatura pendiente del sistema educativo.
SR: Cuando buscas en Google cualquier síntoma que tengas, la respuesta siempre es cáncer o algo chungo por el estilo, ¿crees que deberían arreglar el algoritmo para que mostrase primero información más acertada? ¿o que se quede así y mejor vamos al médico?
FF: Los algoritmos son los padres. Que no digo yo que no existan, pero que la mayoría de las veces es más «dime qué te gusta encontrar y eso te muestro». Lo que es evidente es que la mayoría de pacientes van a su médico en busca de una segunda opinión. La primera, se la ha dado Google. Por cierto, si a los sanitarios no nos gusta lo que hay por internet, habrá que esforzarse en generar, en crear contenido fiable para que puedan encontrarlo.
SR: Como dicen que “si pica, está sanando”, ¿están más sanos los pimientos picantes? ¿o te sanan más cuanto más piquen?
FF: Los pimientos están sanos piquen o no. Algunos se pican mucho coman o no pimientos. Y los que sufren en silencio… no suelen estar más sanos si el pimiento pica mucho.
SR: ¿Seguimos tirando mucho de refranero en cuanto a salud?
FF: A buen entendedor…
SR: Te hemos visto muy puesto en nutrición, ¿has tenido que formarte por tu cuenta?
FF: Es un piropazo viniendo que quien(es) viene. La verdad es que sí. Ha sido una autoformación (eso sí que es una buena autoayuda, formarte bien) pero nada reglado: lectura de libros de gente que sabe de lo que habla, seguir nutricionistas en redes… y compartir plató y guiones con alguno de ellos. Como dijo Fernando Fabiani en Vengo sin cita sobre muchas consultas de endocrinología: «“Haga usted una dieta de 1200 calorías, ande una hora todos los días a paso rápido y si en un año no ha perdido peso, vuelva”. Nadie vuelve. O lo han hecho y han perdido o no lo han hecho y por tanto no vienen.» La formación en nutrición debería ser básica en los estudios de medicina y enfermería. Pero como tiremos de la manta de la universidad…
SR: ¿Crees que comemos mal, muy mal, fatal o peor, así en general?
FF: Comemos peor de lo que deberíamos pero no tan mal teniendo en cuenta lo (poco) (nada) que sabemos sobre nutrición y el acoso al que nos someten la publicidad, la industria alimentaria (así a modo de monstruo perverso) y los supermercados.
SR: ¿Te quitaría mucha carga de trabajo que hubiese nutricionistas en la sanidad pública?
FF: Pero ¿es que no los hay? Es la primera noticia que tengo. ¿Cómo va a ser? Debéis estar equivocados. Anda, anda, que estáis de broma. No me quiero ni imaginar una sanidad pública sin nutricionistas. (¿Aquí en el blog entienden las ironías o es como twitter?).
SR: A las personas vegetarianas y veganas siempre nos dicen que nos van a faltar proteínas. ¿A cuántas personas con falta de proteínas ves al día? 10? 20? 200?
FF: A esa gente lo que le falta es un par de huevos. Sobretodo a los segundos. No os extrañe que alguno haya recibido esa respuesta. No, no suelo encontrar a personas veganas «bajas de proteínas» (mira tú qué cosas) ni a personas «altas de peso» porque cenen mucha fruta (mira tú qué otras).
SR: Sabemos que una vez te llevaron un tupper con caca. ¿Tú qué sueles llevar en el tupper? ¿Qué recomiendas que lleve la gente?
FF: El tupper lo suelo usar para los días de consulta de tarde. Lo más socorrido son unos pimientos asados con una lata de atún, un gazpacho con algún tropezón, o el guiso que hice la noche anterior. Pero a veces, lo del tupper me queda grande. Trozo de queso, puñado de nueces y un par de dátiles metidos en una bolsa y a correr.
SR: Hablas en uno de tus libros sobre cuerpos extraños. Cuando era pequeña me metí unas pipas de girasol por la nariz y por suerte mi madre me las pudo sacar. ¿Hay mucha gente que también cree en mi idea de la comida esnifada? ¿Podría ser una tendencia en el futuro?
FF: Qué pena más grande, ¿no?. Toda comida que no paladeemos es una ocasión perdida de disfrute y placer. Ni esnifada, ni en cápsulas, ni por sondas, ni por arriba, ni por abajo… El día que la comida no se saboree a ver quién es capaz de obtener placer tres veces al día. Cada día.
SR: Para la diarrea, aquarius; para el corazón, vino; para hidratarse, cerveza; para el malestar de estómago, una cocacola… ¿es que el agua no sirve para nada?
FF: Para tomar el paracetamol. ¿No lo sabes? Los médicos malos sólo mandamos eso, paracetamol y agua. Y los nutricionistas malos no sabéis otra cosas que recomendar frutas, verduras y legumbres. Eso es lo que hay.
SR: Sabemos que te dedicas también al teatro, ¿cómo encajas esto con tu profesión, divulgar y escribir libros? ¿te queda tiempo para algo?
FF: Hasta para contestar entrevistas. Y sobretodo para disfrutar de mi familia. Tengo una máxima. Para lo que te gusta hacer siempre encuentras el tiempo. Ya te digo que hay días que el sofá ni lo huelo y que las horas de sueño las tengo tan ajustadas al minuto que estoy deseando que llegue el último domingo de octubre para que cambien la hora y dormir una más. Lástima que es un día al año. ¿Por qué no cambian la hora todos los domingos?
SR: Queremos saber: ¿qué tienes pocho en la nevera?
FF: El tirador. Está a punto de romperse. Y dentro de ella, espera que voy a mirarlo. (Voy. Vuelvo.) Tres cuarto de un melón. Pero eso es rarísimo. El melón, una vez que lo abres en casa ¡vuela!. Pero este salió malísimo. Igual con alguna (Sin)receta apañada lo habríamos podido indultar. No, no es lo normal. Uno de los mayores logros en casa es la pasión por la fruta que hemos logrado en nuestras hijas. Lo de las verduras ha costado un poco más y sigue en proceso.
SR: ¿Recomendarías alguna receta o técnica de Sin Receta?
FF: El sofrito. Es todo. La rueda, la imprenta y el sofrito. Los grandes inventos de la humanidad.
SR: ¿Cuál es tu mayor catástrofe culinaria?
FF: Un día que hice una paella para un grupo de buenos amigos (buenos pero de esos que no te perdonan una) y que salió desastrosa. Yo la habría tirado. Ellos se empeñaron en comérsela. Entonces no entendí porqué. Ocho años después me lo siguen recordando. «¡Vaya la paellita!» Para eso se la comieron los muy c…
SR: ¿En qué andas trabajando ahora? ¿Más libros?
FF: Aún no hace un año de la publicación del último, “¿Te puedo hablar claro?” (lo dicho, no os lo habéis leído). Y estoy como la tele por la noche, en standby. Todo en marcha pero este año lo ha puesto todo un poco al ralentí: el teatro, la escritura, la docencia… menos la consulta que la ha puesto a mil. Aun así satisfecho de que todo siga en marcha a pesar del 2020. No es poco.
¡Pues esto ha sido todo! Agradecemos de corazón a Fernando que se haya prestado a esta tortura entrevista y a vosotr@s os recomendamos seguirle por todas las redes sociales por las que anda:
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- Sus libros: ¿Te puedo hablar claro?|| Vengo sin Cita || Vengo de Urgencias
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