Qué hago con un manojo de espinacas

¿Has visto espinacas frescas (woooo!) y no te has podido resistir a comprarlas? Te entendemos perfectamente. Son tan bonitas y tan baratas (en temporada) que cómo vamos a resistirnos. Pero claro, luego llegas a casa, las guardas, no sabes qué hacer con ellas y cuando te quieres dar cuenta están medio pochas.
No te preocupes, te contamos unas cuantas cosas sobre las espinacas para que les des caña de mil maneras.
Cómo elijo un buen manojo
Pues verás, encontrarás manojos de espinacas cortitas o muy largas. Las pequeñas o cortitas son espinacas baby, tienen muy poco tallo y son todo hoja. Las largas son más maduras, se las ha dejado crecer más tiempo, y tienen las hojas más grandes pero también los tallos más largos.
Las espinacas no son como las acelgas, que la penca es dura y fibrosa. Los tallos de las espinacas son super tiernos y crujientes y se hacen casi en el mismo tiempo que las hojas, así que sea cual sea el manojo que elijas, aprovecharás la misma cantidad. Otra cosa es que prefieras más hojas o te dé igual. A nosotros nos da igual porque no hay diferencias tampoco en el sabor entre los tallos y las hojas, y al final al cocinarlo se queda todo en ná y menos.
Elige los manojos que sean más bonitos, con mejor aspecto, como un ramo de flores sin flores (viva la descripción). Que las hojas se vean firmes y brillantes, no de color oscuro y blandurrio ni tampoco amarillentas.
Encontrarás espinacas en manojos bien hermosos y baratos en el mercadillo, en mercados y en verdulerías. En algunos supermercados también tienen (normalmente refrigeradas).
Qué hago con ello cuando llegue a casa
Si no lo vas a usar inmediatamente, mételo en la nevera dentro de una bolsa de plástico, de papel o de lo que te dé la gana, aunque mejor de plástico para evitar que se resequen mucho. A las espinacas les gusta el fresquito y mantenerse hidratadas.
No las laves antes de guardarlas, porque será demasiada humedad y se te pueden poner malas antes.
Qué se come y cómo las corto
Pues esto es muy fácil: se come todo menos las raíces porque están meh, duras y con poquísimo sabor.

Como los tallos son super tiernos (en verdad son crujientitos y están rellenos de mucho aire, pero vamos, que no son como los de las acelgas) no hace falta que cortes y dejes por un lado hojas y por otro tallos.
Cuando las vayas a usar lávalas muy bien porque pueden tener restos de tierrecilla, escúrrelas y agítalas para quitar todo el agua posible.
Solo tienes que quitar las hojas que se vean muy feúchas (blandorrias, babosillas, poco apetecibles) y las raíces si tienen. Si no tienen raíces corta el final de los tallos, que estará resecos.
Cómo las cocino
Las espinacas se pueden hacer casi de cualquier forma:
Blanqueadas
Es la mejor forma de hacer las espinacas simplemente cocidas. No las hiervas, solo blanquéalas:
→ Llena con abundante agua una olla y cuando esté hirviendo sumerge las espinacas (enteras o cortadas por la mitad).
→ Mantenlas solo 2 minutos y sácalas con una espumadera o un colador para servir inmediatamente calentitas. Si las quieres fresquitas, cuando las saques pásalas a un bol grande con agua muy fría, para que se enfríen rápidamente.
Hechas de esta forma tienen muy buena textura, no son esas cosas plastosas en que se convierten cuando las hervimos demasiado tiempo. Aún así, puede que te gusten más blanditas aún (que no creo). En ese caso déjalas 1 minuto más en el agua hirviendo.
Cocidas
Pero no cocidas solitas, si no en currys, potajes, guisos, cocidos, etc. En estos casos quedan muy bien si las añadimos casi al final de la cocción, porque si las echamos desde el principio se harán de más. Así que ya sabes, cuando hagas por ejemplo garbanzos con espinacas, las espinacas cuando los garbanzos ya estén hechos, cocer unos poquitos minutos y listo.
Al vapor
No es de las mejores formas de hacer las espinacas porque en seguida se mustian, pero es un método útil para hacer unas cuantas verdurillas a la vez. Por ejemplo podemos poner en la vaporera las espinacas, apretaditas hechas un manojo, unas coles de bruselas cortadas por la mitad y unos floretes de brócoli, y hacerlo todo junto 4-5 minutos. Las espinacas quedarán muy tiernas y las otras hortalizas quedarán tiernecitas pero al dente, no pasadas.
Al horno
No se suelen hacer al horno porque no quedan muy bien. Piensa que lo que pasará es que empezarán a perder agua y a secarse por arriba…
Lo que sí se puede hacer es poner unas cuantas hojas de espinacas bien sequitas, con sal, y hacer chips de espinacas, igual que harías chips de kale o de otras verduras. No es fácil dar con el punto en el que se desequen pero no se pongan blandurrias, pero está en torno a los 175ºC unos 14 minutos.
Salteadas
Es como mejor quedan. Las picas o las cortas y las salteas con el resto de cosas que quieras y hale, espinacas hechas.
Añádelas a la sartén cuanndo los demás ingredientes estén ya hechos, porque solo necesitarán un par de minutos.
Cogen muchísimo sabor y complementan muy bien cualquier verdura o legumbre típica de salteados (tofu, garbanzos, pimientos, cebolla, etc).
A la plancha o con poquito aceite
Quedan muy genial así también, siempre a fuego medio-alto para evitar que con el agua que sueltan se cuezan en lugar de dorarse. Lo bueno de este método es que no tienes que hacer casi nada. Cortas o picas tus espinacas, las echas en una sartén con un poquito de aceite, espolvoreas con sal y solo es cuestión de remover de vez en cuando hasta que estén tiernas y con un color verde brillante super bonito y apetitoso.
El truco está en ponerlas a fuego medio-alto: las espinacas siempre sueltan el agua que contienen, pero a una temperatura más alta este líquido se evapora más rápidamente y no quedan caldosas ni se cuecen en su jugo, dando una textura y sabor mucho más agradables.
Y con este método te damos una super idea. ¿Odias las espinacas? A partir de ahora te van a encantar.
Primero haz una bechamel normal y corriente en un cazo.
Pica las espinacas (1 manojo de 500g) y hazlas a la sartén con un poquito de aceite y sal a fuego medio-alto.
Echa la bechamel sobre las espinacas y mézclalo todo.
Ya está, sírvetelo. Pruébalo. Flipa.

¿Y cuánto tiempo me duran en la nevera?
Pues dependiendo de cómo estuvieran cuando las compraste, entre 3 y 6 días. Ya sabes, guárdalas siempre protegiditas.
¿Se pueden congelar?
Sí, pero para ello tendrás que blanquearlas primero. Cuando las saques del agua hirviendo échalas a un bol o cacerola con agua bien fría. Después escúrrelas bien, sécalas con papel de cocina, espachúralas a mano para hacer porciones o un bloque, y mételas en un tupper o un recipiente para congelar. Te durarán unos 3 meses, y serán como las que venden, se desharán al cocinarlas pero son super versátiles.
No las congeles crudas, no van a mantener ni la forma ni nada, se convertirán en una plasta.
Muchas gracias es la primera vez que voy a cocinar! 🙂