Coles de Bruselas: las coles con sorpresa

¿Qué son esas perlas gigantes que veo en la verdulería? ¡Coles de Bruselas! Qué maravilla, normal que el invierno mole tanto, es que hay verduras y hortalizas que están ahora de temporada que en verano ni de coña.
Hemos ido a la verdulería y hemos comprado una buena cantidad de estas pequeñas maravillas para comérnoslas, claro, pero también para enseñaros todos sus secretos (en realidad no tienen ningún secreto, pero tú síguenos el rollo).
Vayamos por partes:
¿Qué son las coles de Bruselas?
Son coles de tamaño chiquitín que se comen de un bocao.
Son de la familia pedos del repollo, la coliflor y brassicas (crucíferas) en general.
Igual piensas “si las coles salen del suelo… ¿las coles de Bruselas también salen del suelo pero en tamaño mini?” Pues no, la planta es como un palo con las bolitas pegadas, como un sonajero:
Embed from Getty Images Embed from Getty ImagesCuriosa planta, ¿verdad? Pues si la cortas por la mitad… ¡es un repollito en miniatura!

¿Dónde y cómo las compro?
Fruterías-verdulerías, supermercados, mercados, mercadillos… en cualquier sitio en el que vendan verduras. Si en lugar de coles fuesen alicates, pues te mandaríamos a la ferretería.

Están de temporada en invierno, lo que significa que si quieres comprarlas frescas es mejor que sea ahora.
Fuera de temporada también se venden, sobre todo congeladas, y también están ricas.
Para saber si comprarlas o no, fíjate en el aspecto que tienen: no deben estar muy abiertas ni con manchas negras grandes. Se tienen que ver brillantes y bonitas incluso aunque tengan alguna hoja feúcha.
¿Dónde las guardo?
A las coles de Bruselas les gusta el fresquito, así que preferiblemente en la nevera en una bolsa agujereada para que respiren un poco, que si no se condensa humedad y les acaba saliendo moho.
Si son congeladas, pues al congelador, obvio.
Si son frescas y quieres congelarlas, tendrás que limpiarlas y blanquearlas 2 minutos.
¿Cómo las preparo para cocinar con ellas?
Pues lo suyo es primero quitar las hojas que estén feas.

Las “desvestimos” un poquito, quitando solo las hojas malas. Y un trozo de tallo también si está feúcho.
Y ahora las lavamos bien bajo el grifo.
Y ya está, ya puedes usarlas así enteras, cortarlas o picarlas.
¿Cómo se comen?
Se pueden comer crudas. Igual meterte una bola entera en la boca no es muy buena idea, pero puedes cortarlas en cuartos y echarlas a una ensalada (o comértelas tal cual como snack) o picarlas finitas y hacerte una tipo coleslaw.
La mayoría de los usos que se le suelen dar es cocinada, porque así se ablandan y es más fácil comerlas.
Las congeladas se pueden descongelar primero en el microondas y así podemos cortarlas y saltearlas a nuestro gusto. También las podemos usar directamente, sin descongelar, en guisos, potajes, estofados, arroces, etc.
¿Cómo las cocino?
Al vapor
Puedes ponerlas enteras o cortadas por la mitad, se hacen en unos 4 minutos (dependerá del tamaño, claro). Quedan tiernecitas y jugosas por dentro, y no huelen a pedo.
Hervidas
Es la forma más sosa de cocinarlas. Ya sabes, las echas en el agua hirviendo y 7-9 minutos para que estén tiernas pero no pasadas. Huelen a pedo. Como cualquier otra brassica cuando la hierves. Y huelen más si van cortadas.
Hervirlas tiene sus ventajas: si estás haciendo una crema de verduras, pues es un ingrediente más. También si necesitas que estén muy blanditas, sin sabores fuertes, etc. También serían hervidas si las añades a un guiso o potaje sin dorarlas ni nada, directamente al caldo y que se hagan, aunque claro, ahí ya sí que no van a oler igual porque para eso hemos hecho un caldo riconudo y tenemos un montón de ingredientes que contribuyen al aroma.
El blanqueado consiste en hervir durante poquito tiempo y después pasar rápidamente a agua con hielos para cortar la cocción, y esto nos permite congelarlas bien. Solo necesitan 2-3 minutos en el agua hirviendo.
Asadas
Huy, asadas son una maravilla. Córtalas por la mitad, ponlas en una bandeja de horno, ponles un poco de aceite y sal y como si fueran cualquier otra verdura. Las puedes hacer a 180ºC durante 25-30 minutos o un poquito más, dependiendo de lo tostaditas que te gusten.
Haciéndolas al horno no huelen ni saben raro, cogen muy buen sabor, especialmente si echamos también otras verduras y hortalizas como cebolla, ajos, pimientos, tomates, calabacín, calabaza, etc.
Las puedes asar también al microondas, en un plato con tapa (que sea apta para microondas) de 4 a 5 minutos a potencia máxima. Quedan tiernas y jugosas, más parecidas a las hechas al vapor.
A la sartén
Para mí la mejor manera de hacerlas. Es rápido, es fácil, ensucias poco, quedan tan buenas que te las comes a puñaos.
La más mejor forma de hacer las coles de bruselas
Solo tienes que cortar las coles por la mitad, ponerlas con el lado cortado en la sartén con un poco de aceite (un par de cucharadas bien distribuidas) y dejar que se doren a fuego medio-bajo unos 5-6 minutos. Échales un pelín de sal por encima.
Después puedes darles la vuelta o saltearlas 2-3 minutos más y voilá, ¡coles doraditas y al dente!

Aquí las hemos hecho con un puñado de almendras laminadas, que se añaden cuando las coles ya están doradas, y después se saltea todo junto 2-3 minutos.
Venga, hazlo tú también y flipa. Que esto es como la gran revelación de las judías verdes 🙂